

VLAD TEPES, EL ORIGEN DE DRÁCULA
Vlad Tepes fue el príncipe de una región del sur de Rumania, Valaquia, en el S.XV. Era conocido también por el nombre de Vlad Drácula (Vlad, hijo de Dracul). “Dracul” significa “el diablo” en rumano moderno. Se caracteriza por su gusto por la sangre y su personalidad sádica a la hora de matar a sus enemigos.
Desde los 13 hasta los 17 años, Vlad estuvo en el exilio y a su vuelta se enteró que los boyardos, es decir, la aristocracia junto con el conde Iancu de Hunedoara habían asesinado a su padre y a su hermano Mircea al cual quemaron los ojos y enterraron vivo.
Vlad Drácula quiso vengarse de esta acción de manera que preparó una enorme comida con los boyardo. Empaló a 500 utilizando estacas afiladas que ponía sobre su corazón o estómago. El resto de elegidos, cinco mil, murieron con otro tipo de empalamiento, introduciendo por el ano, haciendo que las víctimas agonizaran durante más tiempo. Debido a esto, le apodaron Vlad “El empalador”.
El conde Drácula del clásico “Drácula” (1897) de Bram Stroker se basó en este personaje real, Vlad Tepes, respecto a su gusto por la sangre de los vivos.